Santiago Posteguillo na súa novela "Los asesinos del
emperador" fai a seguinte descrición do Coliseo (aínda non era sía chamado
popularmente) no día da súa inauguración polo emperador Tito, fillo de Vespasiano.
Capítulo 71
“La inauguración del Anfiteatro Flavio
Roma, 80 d.C.
El anfiteatro Flavio se alzaba desafiante y orgulloso en el
corazón de Roma. (…)
Habían hecho falta diez años de constantes trabajos para
poder inaugurar aquella mole de piedra. El mayor anfiteatro del mundo se erigía
en tres grandes plantas exteriores, que, a su vez, se subdividían en el
interior en más pisos donde el pueblo encontraba acomodo, más próximo o más
alejado a la arena, de acuerdo a su clase social: el emperador y los senadores
en un primer nivel; los oficiales de la guardia pretoriana, del ejército y de
otros cuerpos armados y los diferentes servidores del Estado en un segundo
nivel; los soldados y los ciudadanos en general en el tercero; más arriba los
pobres y los esclavos y, finalmente, en el último piso, las mujeres, con
excepción de las sacerdotisas vestales o de las mujeres de la familia imperial
que, por supuesto, estaban en el primer nivel.
Cada uno de los tres pisos exteriores se asentaba sobre
ochenta arcos y en cada arco se alzaba hermosa una estatua.
El público se arracimaba por centenares, por miles, en cada
una de las setenta y seis puertas que daban acceso al gigantesco recinto. (…)
No cabía tanta gente como en el circo Máximo, eso era cierto, pero era una obra
imponente en su aspecto exterior por su infinita altura y porque, además, en su
interior iban a poder presenciarse los más terribles, a la par que audaces,
combates de gladiadores, bestiarii y
ejecuciones de todo tipo.
(…) Ochenta arcos y, en ellos, setenta y seis puertas para
el pueblo. Así quedaban cuatro arcos más para cuatro puertas especiales: una
destinada para uso particular del emperador y su familia, otra para las
vírgenes vestales y los principales sacerdotes y, por fin, la Puerta de la Vida
y la Puerta de la Muerte, que conducían directamente hasta la mismísima arena
del centro del edificio. Por la Puerta dela Vida saldrían los gladiadores a
luchar y por la Puerta de la Muerte saldrían retirados los cadáveres de los
gladiadores muertos o de los presos ejecutados.”
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