No suplemento El viajero do xornal El País, publícase hoxe unha reportaxe sobre lugares "onde toca facer foto", lugares da última arquitectura dun interese significativo:
"Un espigón, un teatro, un rascacielos, un hotel o un centro de turismo ecuestre. La mejor arquitectura se convierte en una atracción en sí misma.
Ya no sólo las ciudades congregan edificios de vanguardia. Algunos de los nuevos proyectos de la mejor arquitectura española redibujan la costa. Otros se pelean con el viento para crear un destino turístico hotelero en medio del paisaje desértico. Un teatro puede leerse en Madrid como un cruce de caminos. Pero también un rascacielos, el de Gas Natural en Barcelona, cuyo solar privado atraviesa una calle de uso público. En conjunto, una imagen sorprendente y plural. Si, efectivamente, la necesidad agudiza el ingenio, la arquitectura podría despertar abruptamente de algunos sueños. Y de muchas pesadillas. Las condiciones adversas: programas complejos, presupuestos limitados o dureza del entorno, pueden contribuir a que salgan de la chistera edificios muy originales. Está sucediendo en España. La arquitectura más rompedora ha dejado de estar centralizada en Madrid y Barcelona. La última bienal ha descubierto a finalistas en parajes insospechados.
EDIFICIO-PAISAJE
01 Cultura del mar
Cuando Jesús Irisarri y Guadalupe Piñera recibieron el encargo de construir casetas para los aperos de los pescadores en la boca de la ría de Vigo, recordaron los muelles de su infancia, en la antigua Casa del Mar. Por eso pensaron que el espigón debía convertirse en paseo y que los departamentos para los pescadores no podían taponar visualmente las vistas al mar. Así, diseñaron un edificio semitransparente empleando la idea de las jaulas metálicas, un elemento tradicional de la pesca, permeable por el mar y, en este caso, permeable a las vistas. A través de estas nuevas casetas, con Premio FAD al paisaje, Irisarri quiso llevar la cultura del mar "a la vista del ciudadano".
Texto completo e foto vía de castea de mariñeiros de Irisarri e Piñera El País.
2 comentarios:
Non sei, non sei. Esas casetas están en Cangas, e, por moito premio que teñan, eu non lles faría foto. Desde logo deixan ver o mar, pero vistas in situ taponan a visión dun lado a outro da liña de costa canguesa.
Así me gusta, sendo críticos que para algo nos pagan...
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