8/11/12

A emperatriz Teodora en "El Conde Belisario"



Hai uns días xa vos falei desta novela de Robert Graves. Lede, hoxe, como é descrita a futura emperatriz:
"Teodora era menuda y de tez cetrina. No era especialmente hábil para bailar ni tocar instrumentos ni hacer acrobacia; en verdad, en todas estas actividades era bastante mediocre. Pero poseía una extraordinaria agilidad mental y una carencia absoluta de pudor sexual: parece que en efecto exhibía una inventiva singular en sus juegos carnales, de modo que el “Aprendí esto de Teodora” era una broma corriente bajo la Estatua de Venus, el principal lugar de citas del barrio de los prostíbulos. Y mientras aparentemente sólo se dedicaba al dinero y a los placeres, Teodora estudiaba afanosamente al Hombre; y no hay mejor manera de estudiar este asunto que como esfinge megarense, a quien jóvenes y viejos revelan sus verdaderas personalidades mejor que a sus más castas madres, hermanas o esposas. Mi ama Antonina también era estudiosa del Hombre, y ella y Teodora pronto aprendieron a despreciar aun a los clientes más  serios  por su inagotable petulancia, credulidad, ignorancia y egoísmo, y a sacar partido de estas características. Mediante encantamientos y remedios, ambas se las ingeniaron para evitar la preñez, excepto Teodora, que tuvo que abortar en un par de ocasiones, pero sin consecuencias perjudiciales".

Robert Graves. El Conde Belisario. Barcelona, Orbis, 1988, páx. 63

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